martes, 4 de septiembre de 2012

Hostión Zen y otras frikadas


 Hoy voy a hablaros del Zen, una rama del budismo, que se distingue de las otras en que pone más énfasis en alcanzar lo que se conoce como iluminación. Pero por lo que he decidido hacer un post de este tema es porque usan métodos poco corrientes y llamativos para alcanzar su propósito.
Primero os voy a contar un poco de que va el budismo para los que no sepáis del tema. No está claro si se trata de una religión o de una filosofía ya que no tiene Dios y su principal objetivo es que con la práctica de la meditación y el estilo correcto de vida se puede uno liberar del sufrimiento, alcanzando la iluminación y saliendo del ciclo de las reencarnaciones. Como decía anteriormente hay muchas escuelas budistas y entre ellas difieren poco o bastante en cuanto a sus postulados y métodos para alcanzar su objetivo. Pero a grandes rasgos todas coinciden en lo que aquí he expuesto.

Dejadme cagar agusto
El Zen, o Ch´an en chino, que procede a su vez del sánscrito dhyâna, que designa la absorción contemplativa de la mente concentrada, estado en que quedan superadas todas las diferencias dualistas, como yo/tú, sujeto/objeto, verdadero/falso. Es una escuela del Mahayâna, desarrollada en China desde los siglos VI-VII d.C. Las doctrinas y prácticas del Zen se dirigen a la visión de la realidad de sí mismo, y, en última instancia, al pleno Despertar. Como decía al principio, ninguna otra escuela del budismo se centra tanto en la primacía de la experiencia iluminativa y desdeña las prácticas rituales religiosas, las discusiones doctrinales y los escritos escolásticos.
Dentro del Zen, la escuela más llamativa es la llamada Rinzai, en honor al maestro Lin-chi I-hsüan. Se trata de una escuela con predilección por métodos de corte militar y violentos, con especial predilección por lo que yo he denominado el “Hostión Zen”. Veamos unos ejemplos sacados de una recopilación de dichos y hechos del querido maestro Lin-chi, llamado “Lin-chi Lu”:
A que te meto un galletón

El Maestro subió el púlpito. Un monje preguntó: “¿Cuál es el significado del budismo?”
El Maestro levantó su espantamoscas.
El monje gritó.
El Maestro le hostió.

Te la has comido doblada

Otro monje se atrevió a preguntar: “¿Cuál es el significado básico del budismo?”
De nuevo el Maestro levantó su espantamoscas.
El monje gritó.
El Maestro también gritó.
El monje estaba a punto de decir algo, cuando el Maestro le dio un bofetón en toda la cara.
Como no follo, te hostio
No sólo les gustaba dar bofetones con la mano abierta, también utilizaban un bastón y golpeaban la cabezota de los monjes que se creían más listos que el Maestro.

El Maestro dijo: “Vosotros, si es por el Dharma, no dudéis en sacrificar vuestros cuerpos o entregar vuestras vidas. Hace veinte años, cuando estaba con Huang-po, tres veces pregunté sobre lo que era claramente el punto real del budismo, y tuvo la amabilidad de golpearme tres veces con su bastón (A mí me gustaría tener esa amabilidad con mucha gente). Fue como si me hubiera acariciado con una rama de artemisa. Recordándolo, me gustaría repetir la experiencia (jodido viejo masoquista). ¿Hay alguien que me pueda dar ese golpe? (debería haber dicho si alguien tenía huevos)
En ese momento, un monje salió del grupo y dijo: “¡Yo te lo daré!” (Ya salió el típico listillo que quiere destacar)
El Maestro tomó su bastón y se lo ofreció al monje.
El monje estaba a punto de cogerlo, cuando el Maestro le dio un hostiazo en toda la cabeza.
Que te meto un garrotazo
Otra de las razones de que el Zen sea también algo curioso es por las perlas que sueltan por la boca los queridos Maestros, que desde mi punto de vista les gusta tanto hostiar porque no chingan. Veamos alguna frase digna de mención:

El Maestro subió al púlpito y dijo: “En esta masa de carne roja, existe un Hombre Real sin situación (Al decir el Hombre Real sin situación se refiere a Buda). Sin cesar entra y sale por las puertas de vuestro rostro. Si alguien de vosotros no lo sabe, ¡Mirad! ¡Mirad!”
En ese momento, un monje avanzó y preguntó: “¿Qué aspecto tiene el Hombre Real sin situación?”
El Maestro descendió de su asiento, cogió al monje y dijo: “¡Habla! ¡Habla!”
El monje estaba a punto de decir algo, cuando el Maestro lo alejó de un empujón y dijo: “El Hombre Real sin situación, ¡un palo para limpiarse la mierda del culo!” (Sí en aquella época no tenían papel de WC y usaban un palo)
El Maestro regresó a su alojamiento. (Más ancho que largo)
Soy Buda, una mierda pinchada en un palo
Imaginaos si un cura cristiano dijera que Jesucristo es un palo para limpiarse la mierda del culo, o un iman hablando así de Mahoma, o a un rabino hablando así de Moisés. Serían acusados de sacrilegio y expulsados de sus órdenes. Por eso me gusta el Zen porque para ellos no hay nada sagrado excepto uno mismo y ni si quiera es así del todo, se podría decir que cada uno es un sagrado trozo de mierda seca. 

Me gustaría acabar con un koan que dice así:

Si te encuentras con un Buda, mata al Buda.
Si te encuntras con un Patriarca, mata al Patriarca.
Si te encuentras con un Santo, mata al Santo.

¡¡¡Que os reviento a todossssssss!!!

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